Civilizaciones mesoamericanas

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Papel amate

Con más de 3500 años de antigüedad, el papel amate (del nahuatl amatl), se elabora con la corteza del jonote. El proceso consiste en aplastar y cocer la corteza en agua con cal. De ahí se obtienen láminas de colores que van del café oscuro al amarillo paja.

Las culturas mesoamericanas solían plasmar la sabiduría y la historia de sus pueblos en coloridos libros. Mediante un complejo sistema de glifos, los antiguos mexicanos consignaban por escrito diversos aspectos de la vida de las comunidades: desde relatos míticos, hasta los registros de los tributos. En la actualidad, los pocos códices que se salvaron de la destrucción y el saqueo son una ventana única para contemplar el pasado mesoamericano.

Códices mesoamericanos

Claves básicas para leerlos

Mayas, mexicas, mixtecos, zapotecos, otomís, purépechas, entre otros pueblos, solían confeccionar sus códices con papel amate o con pieles de animales como venados o conejos.

Generalmente se trataba de láminas largas que se doblaban en forma de acordeón. Los pigmentos que usaban para pintarlos provenian de plantas, minerales e incluso insectos, como la grana cochinilla.

Códice de Madrid o Códice Tro-Cortesiano,

Museo de América en Madrid, s.XVI

Tlacuilos (del verbo nahuatl tlacuiloa, escribir pintando)

Los tlacuilos eran mujeres u hombres encargados de fijar y perpetuar gráficamente los saberes y la historia de los pueblos mesoamericanos. Elegidos desde muy jóvenes, el único requisito era que tuvieran habilidades artísticas, no importaba la clase social a la que pertenecieran. En un principio, se les instruía en el dominio de la lengua y en los saberes de su época, pero una vez terminada esa etapa, se especializaban en temas de religión, economía o de la vida civil.

Trabajaban en templos, tribunales, casas de tributo, mercados o palacios. Su labor era considerada muy importante, se dedicaban de tiempo completo a su oficio y pertenecían a un sector privilegiado de la población. En contraste, sus escritos eran anónimos, nunca firmaban sus obras, su producción pertenecía a la colectividad.

Aunque sólo los talcuilos escribían, había muchas personas que podían leer los códices, los egresados de las escuelas superiores, los religiosos y los burócratas que garantizaban el funcionamiento del estado.

Se sabe que todas las personas del pueblo conocían suficientes signos como para leer las inscripciones de los frisos de los edificios públicos e identificar a los dioses.

Amoxcalli (del nahuatl amoxtli, libro, y calli, casa)

Cada institución guardaba sus propios códices en “casas de libros”. A donde tenían acceso la clase dirigente, los señores y los sacerdotes del pueblo. Así se se aseguraban la conservación y el control de los saberes alcanzados por la comunidad.

Algunas claves de lectura

Lograr descifrar códices no es tarea fácil, pero con algunas claves, es posible observarlos con mucha más transparencia, ir más allá del aspecto estético y comprender, al menos parcialmente, la riqueza cultural de los pueblos mesoamericanos.

Para empezar, debemos tomar en cuenta que el sistema de escritura de los pueblos mesoamericanos combinaba pictogramas (objetos reales),  ideogramas (ideas o conceptos) y fonogramas (sonidos).

Personas

El atuendo de las representaciones humanas que aparecen en los códices permiten identificar sus funciones dentro de la sociedad. Una mujer casada, por ejemplo, portaba un huipil y un peinado de trenza que se levantaba en la parte superior de la cabeza, los gobernantes siempre llevaban una tilma o lo sacerdotes suelen aparecer pintados de gris.

Dioses

Cada deidad representada en los códices tiene elementos que lo identifican.

  • Tlaloc “pulque o nectar de la tierra”
    Asociado a la lluvia, se caracteriza por los círculos alrededor de los ojos, grandes colmillos, tocado con ojos estelares, plumas de quetzal y garza,  pectoral del oro y bastón en forma de serpiente que representa el rayo.
  • Huitzilopochtli “colibrí del sur”
    Deidad solar, patrono de los mexicas y de su capital Tenochtitlan. Suele ser representado con un tocado de plumas de colibrí, el rostro pintado con franjas horizontales, las piernas pintadas con rayas verticales y tobillos decorados con cascabeles. Porta en las manos un escudo, flechas y un lanzadardos, serpiente de turquesas.
  • Mayahuel “la que rodea al maguey”
    Es la diosa mexica del maguey y de la embriaguez, además de ser una de las deidades relacionadas con la fertilidad y la tierra. Generalmente es representada sentada o de pie sobre un maguey, sosteniendo una cuerda doble, el malacate de algodón sin hilar, una soga de ixtle, púas de maguey o una jícara.

Calendario

El tonalpohualli, de 260 días, era uno de los calendarios que usaban los mexicas. Consistía en la combinación de veinte signos con los números del uno al trece. Se trataba de un calendario ritual, cada jornada tenía una deidad regente que protegía a quienes nacían en su día.

El cempohuallapohualli era el calendario cívico o solar, de 365 días, tenía 18 meses de 20 días y 5 días vacíos nemontemi, en este periodo, cesaba toda actividad, empezaba el proceso de reflexión, meditación y renovación espiritual.

Topónimos

Los glifos de los lugares solían representar características geográficas, presencia de flora y fauna o historias de los grupos étnicos ahí establecidos.

Los lugares han conservado sus nombres a lo largo del tiempo, siguen siendo utilizados como símbolo de identidad de los pueblos.

Códice Boturini o Tira de la peregrinación, 1540

Museo Nacional de Antropología

Códice Mendoza, 1542

Biblioteca Bodleiana de la Universidad de Oxford